Fuerteventura es conocida por sus decenas de playas increíbles y su clima privilegiado. Pero su maravillosa costa encierra en su interior una naturaleza y una historia que atrapa a todo el que tiene oportunidad de conocerlas.
Te proponemos tres planes para saber más sobre la esencia de la isla y el entorno natural de Fuerteventura de la manera más sostenible y gratificante.
1. Un recorrido a pie por el sendero más emblemático de Fuerteventura
De la bonita plaza de Antigua parte el que probablemente sea el sendero más emblemático de Fuerteventura y uno de los más antiguos, que conectaba Caleta de Fuste con la Villa de Betancuria, primera capital de las islas Canarias después de la conquista y uno de los Pueblos Más Bonitos de España. Desde muchos años atrás hasta la actualidad, en el mes de septiembre es recorrido cada año por miles de peregrinos en su veneración a la Virgen de la Peña, patrona de la isla de Fuerteventura.
El sendero, que cuenta con la catalogación de sendero local oficial, tiene una duración aproximada de dos horas y media, una distancia de 5,5 kilómetros y un desnivel medio. Por el camino, además de disfrutar de unas impresionantes vistas se encuentran varios puntos de interés: la iglesia de Antigua, de donde parte el sendero; dos molinos, uno de los típicos de la isla donde se molía el grano y otro de agua; flora característica de la zona mientras ascendemos por la Degollada del Marrubio y, para terminar, la preciosa Villa de Betancuria, con sus calles peculiares, entre otros encantos, y la Iglesia de Santa María, punto final del camino.
2. Una ruta de cicloturismo ideal: Las Salinas del Carmen – Pozo Negro
Otra forma de descubrir los rincones de la isla de una manera saludable y respetuosa con el medio es a través de alguna de sus muchas rutas ciclistas. Te proponemos una que reúne todo lo necesario para vivir una experiencia maravillosa: transcurre paralela a la costa ofreciendo impresionantes vistas; tiene corta duración, de una hora aproximadamente y no tiene mucha dificultad, aunque sí algo de desnivel ya que cruza varios barrancos; transcurre en su totalidad por pistas de tierra, lejos del tráfico y en menos de 7 kilómetros de recorrido, nos encontraremos con un montón de cosas de interés, paisajístico y natural y también histórico.
El punto de partida es Las Salinas del Carmen, un pequeño pueblo situado un poco más al sur de Caleta de Fuste que, como su nombre indica, tiene unas salinas, todavía en activo, donde se produce una sal de excelente calidad con el método tradicional y que ofrece a través de su museo una visita de lo más recomendable. Cogiendo la pista de tierra hacia el suroeste, lo primero que encontramos después de pedalear por el árido paisaje característico de Fuerteventura es un barranco de gran tamaño, el Barranco de La Torre, salpicado de palmeras y con una muestra de la historia de la isla en forma arquitectónica: un horno de cal, de los muchos que se reparten por la costa de Fuerteventura. Toda esta zona es zona de protección ZEPA, por lo que no es extraño cruzarse con algunas especies autóctonas de la avifauna majorera.
La ruta continua por la pista de tierra cruzando varios barrancos hasta la playa Majada de las Cabras, reconocible porque alberga otro horno de cal, y que nos indica que estamos a un kilómetro del final de la ruta: Pozo Negro, con su pequeño y encantador poblado y su playa mansa de arena negra donde disfrutar de un merecido chapuzón.
3. El valor de la naturaleza en una experiencia única
Una de las mejores maneras de adentrarte en la esencia de Fuerteventura, desde el punto de vista de su naturaleza, su cultura, historia y tradición, es visitando Verde Aurora Biofarm y disfrutando de las cuidadas experiencias que ofrece.
Un recorrido a través de la granja que se convierte en un recorrido a través la propia isla, de su pasado, su presente y su futuro.
A lo largo de la ruta iremos aprendiendo todo lo que hace de la isla de Fuerteventura un territorio especial y único: su entorno, los espacios naturales y protegidos y la flora y fauna autóctona; las costumbres de la idiosincrasia majorera, desde la agricultura tradicional, la ganadería, la arquitectura…; la gastronomía, con degustación de queso majorero, un queso de cabra exquisito con Denominación de Origen desde 1996, sabrosos tomates o las típicas papas arrugadas con mojo; los productos de una tierra árida pero rica, como el aloe vera, producto estrella de la tierra de Fuerteventura o el aceite de oliva de producción propia, exclusivo y excelente. Una experiencia extraordinaria para todos sentidos.