Paisajes Interiores

Paisajes interiores | Macaronesia Fuerteventura

Las nubes pasan rápido por la ventana. Lo imprescindible se convierte en prescindible y viceversa. La azotea se ha convertido en el centro neurálgico de la casa y la playa de siempre es un bien preciado y lejano. Macaronesia me encarga un reportaje, sin pensármelo, preparo el equipo fotográfico y me dirijo hacías las Playas de El Cotillo. Misión, fotografiar los espacios naturales del Municipio de La Oliva en pleno confinamiento.

Texto y fotos de Adan de Miguel (instagram: @demigueladan // facebook: Adan de Miguel)

Abro la puerta de la furgoneta y pongo los pies sobre la arena. Escucho el crujir de la misma al caminar, mientrás la imaginación se impregna con fotogramas pixelados de películas futuristas apocalípticas. Me siento como un astronauta saliendo por primera vez de su nave, cauteloso. El silencio de palabras y la ausencia de bañistas en los zocos, antes siempre ocupados, es sobre cogedor, también bello, en su extremo. Belleza que se corta con las cuchillas de Buñuel en su famosa película ‘El Perro Andaluz’. Un grupo de gaviotas se posan cerca de mí; más adelante observo un banco de peces en una de las pequeñas lagunas que se forman entre las rocas al bajar la marea. La sensación es de armonía suprema; mar, arena, brisa ligera y nubes perfectamente espaciadas en un cielo de atardecer. El sonido de las pequeñas olas, rozando suavemente las lajas de la orilla, se disuelve con los alegres cantos de gaviotas que vuelan pausadamente sobre un lienzo azul, mil veces retratado por los pintores románticos del Siglo XVIII.

Preguntas existenciales originadas por la quietud se mezclan con esta naturaleza impactante y siempre sanadora, el interior y el exterior se funden. Hombre y naturaleza en conjunta comunión y armonía cómo decía Thoreau en su obra Walden. Siento una paz muy profunda que silencia aún más los pocos ruidos residuales de la mente. La naturaleza conecta al humano con su esencia instantáneamente, no se necesita teoría ni manuales, es inherente y suprema en su estado puro. Tristemente el ritmo desenfrenado de nuestras vidas nos ha ido distanciando de nuestra unión con ella y sus efectos analgésicos inmediatos.

Tengo la sensación de estar en un retiro espiritual global obligatorio.

Vuelvo a la furgoneta con dirección a Corralejo. Carreteras y calles vacías, perros caminando en el asfalto desértico alimentan esta mente imaginativa. Otro ‘flash back’ me traslada a una realidad Orwelliana la que hace referencia a su distópica obra de ficción 1984, publicada allá por 1950, que trata temas tan latentes hoy en día como la manipulación mediática, la represión política y social. Camino las calles de Corralejo y converso con desconocidos de temas relacionados con el alma, son conversaciones tiernas que salen del corazón y de la necesidad inconsciente de contacto humano. Pienso que este tiempo en casa nos ha enternecido y lo aprecio.
Me acerco a las playas de Corralejo y continúo disparando el botón de mi vieja cámara, mientras sueño con un mundo mejor donde los humanos viven en armonía con ellos mismos y su entorno… El ‘Imagine’ de John Lennon en los altavoces sordos de la terraza del Sunset, arena, asfalto y un futuro por construir bajo nuestros pies desnudos, click, click, click …

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Adan de Miguel
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Adan de Miguel
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Adan de Miguel
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