Los nómadas digitales dan un respiro al turismo en Fuerteventura
Con la mayoría de hoteles cerrados, un nuevo perfil de turista se ha asentado en Fuerteventura para dar un respiro al turismo y al comercio local. Miles de ellos han llegado para teletrabajar, disfrutar del surf y hacer nuevas amistades. Son los nómadas digitales
Autor: Janey Castañeyra
El mundo ya no es lo que era. Casi un año después del confinamiento, las consecuencias de la pandemia se hacen sentir a todos los niveles. El cataclismo económico es global, y en el ámbito individual, el virus ha obligado a redefinir nuestras relaciones, personales, laborales, familiares…
Para las Islas Canarias, tan dependientes del turismo, las repercusiones son innegables, y nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá a medio plazo. Sin embargo, en este contexto de cambio, un pequeño segmento del turismo se abre camino, y está relacionado con el nuevo modo de vida impuesto por el virus.
Son los llamados nómadas digitales, profesionales que siguen trabajando para sus empresas desde la distancia —una vez cerrada la oficina, ¿qué importa dónde estén?— y que por fortuna para Fuerteventura, han elegido la isla para teletrabajar, dando un pequeño respiro al turismo y al comercio local. Macaronesia Fuerteventura ha hablado con cuatro de ellos para que nos expliquen su experiencia, y con uno de las empresas que ha sido capaz de adaptarse para atraer a este nuevo perfil de cliente, Destiny Home Group.
María Delso.
Abogada y grado en ADE.
«La pandemia ha conseguido que muchas empresas se den cuenta de que es posible mantener el nivel de productividad con el teletrabajo y, al mismo tiempo, aumentar la calidad de vida de sus trabajadores.»
Kathi Künnemann.
Doctorado en biomedicina.
«Vine con dos amigos en octubre para estar tres semanas. Las restricciones en mi país se endurecieron, y por eso decidí quedarme más tiempo. Aquí conocí gente muy agradable con la que puedo aprender kitesurf y surf. Me encanta haber descubierto esta nueva pasión».
Adrián Álvarez.
Ingeniero de Inteligencia Artificial.
«Cuando llegué me pareció todo un poco inhóspito y azotado por el urbanismo del ladrillo. Pero una vez aquí, aprendí a apreciar el paisaje lunar o marciano de Fuerteventura, y su calidad de vida. Me gusta sentirme cercano al océano, ahora le entiendo mejor».
Patrick Stöcken.
Ingeniero Mecánico.
«Mi empresa nos dice que lo personal está por delante de lo laboral. Si eres responsable, es posible ser más productivo y disfrutar del surf.
Me sorprendió la cantidad de cosas que hay aquí para explorar. Hay muchas playas vacías y extensos paisajes donde vivir muchas aventuras».
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Los alemanes Kathi Künnemann y Patrick Stöcken, y los españoles Adrián Álvarez y María Delso, coinciden en muchos aspectos de sus vidas. Son profesionales jóvenes con títulos universitarios, teletrabajan desde Fuerteventura en un ambiente distendido e internacional, y aprovechan su estancia en la isla, gracias a las menores restricciones frente al coronavirus que en sus lugares de origen, para disfrutar del buen tiempo y el mar.
Kathi Künnemann, con un doctorado en biomedicina, trabaja como directora de divulgación para la administración alemana y está en contacto cada día con empresas que comercializan la vacuna de la COVID-19. Reconoce que cuando llegó «no tenía muchas expectativas», que sencillamente vino para «pasar un tempo de relax con mis amigos en un clima más cálido que en casa», pero que, una vez aquí, disfruta «de la variedad de posibilidades que ofrece la isla». El surf y el kitesurf son sus dos nuevas pasiones, hasta el punto que pretende seguir aquí mientras el trabajo se lo permita.
El teletrabajo se ha convertido en nueva realidad en la economía postpandemia, que ilustra perfectamente, como conocedora del tema, la abogada y grado en Administración y Dirección de Empresas María Delso: «Con la nueva regulación del trabajo a distancia se han cubierto determinados aspectos legales como riesgos laborales, igualdad de trato, compensación de gastos, etc., que preocupaban a las empresas. Hace un año, casi nadie se había adaptado, pero ahora muchas empresas han visto una oportunidad, ya que pueden reducir gastos fijos importantes, como el alquiler de oficinas».
El teletrabajo no solo les ha permitido mantener sus puestos, sino también, en muchos casos, prosperar. Es el caso de Patrick Stöcken, natural de Hannover e ingeniero mecánico, quien mientras sigue teletrabajando, ha fundado su propia empresa. La compañía para la que trabaja, fundada por cuatro estudiantes en 1996, es enormemente flexible con sus empleados, siempre y cuando cumplan objetivos. «En mi contrato no están establecidas las horas que debo trabajar. Estando aquí, puedo decir con orgullo que saqué adelante más proyectos de los que podría haber hecho en casa. ¿Y por qué? Porque tengo la oportunidad de planificar mi tiempo libre y hacer las cosas que me gustan. Trabajar, surfear, comer, descansar un poco en el sofá o en la hamaca, y volver a empezar. Aquí siempre puedo dejar el ordenador y agarrar las tablas», comenta divertido.
Le ocurre lo mismo a Adrián Álvarez, ingeniero experto en inteligencia artificial que trabaja en un sistema de automatización para la fecundación in vitro, y que regresa a la península después de varios meses gracias a una nueva oferta laboral. Lo dice con cierta pena, y por eso «seguro que volveré, para volver a disfrutar este paraje tan extraordinario y visitar a mis nuevos amigos».
Aunque no todo son ventajas, argumenta María Delso, ya que «no es lo mismo ver a tus compañeros en persona que a hacerlo por videoconferencia». Para solventar el problema, «se barajan alternativas como reuniones y formaciones presenciales periódicas». «Creo que el teletrabajo flexible se va a convertir en la regla general, pero que también se va a idear alguna forma de no perder el contacto personal entre los distintos equipos».
Adaptarse a la situación
Del lado empresarial majorero, una empresa ejemplifica la capacidad de adaptarse para atraer a este nuevo cliente. Las villas vacacionales y el Hotel Bristol Sunset Beach de Corralejo, pertenecientes a Destiny Home Group, están actualmente al 80%. «Somos un destino muy atractivo para aquellos que pueden teletrabajar y compaginarlo con sus actividades de ocio. Fuerteventura propone un estilo de vida», explica el responsable de la división turística del grupo, Óscar Maza.
Para captar a este nuevo perfil, no basta con ofrecer un buen precio y un paquete, sino «también una experiencia», porque «son gente que busca comunidad, que busca compartir», señala Maza. Los éxitos de la empresa hablan por sí mismos, y son el resultado de una buena estrategia de marketing, una amplia experiencia en turismo vacacional –Destiny Home Group fue la primera empresa de Fuerteventura en comercializar esta oferta de forma reglada en el año 2009- y sobre todo de «mucho esfuerzo». «Ha sido necesario multiplicarse, con una enorme carga de trabajo no sólo para la directiva, sino para todo el personal, y con un gran aprendizaje».
No obstante, otros establecimientos hoteleros no tienen la posibilidad de seguir abiertos, como aclara Mario de la Cruz, gerente de la patronal turística insular, Asofuer: «En los complejos más grandes, su coste operativo es tan alto que no pueden permitirse abrir con un número reducido de clientes». Es por eso que, en estos momentos, «están funcionando menos del 10% de los hoteles de la isla, aunque sí se mantiene funcionando la oferta turística vacacional y establecimientos más pequeños», así como también, gracias a la presencia de los nómadas digitales, «están funcionando bien empresas turísticas de surf, de buceo y comerciales».
Queda por resolver que ocurrirá en la próxima temporada de verano, y especialmente cuál será la situación de la industria turística tras la pandemia. Lo que está claro es que, como valora Óscar Maza, «mucha gente está empezando a entender su vida de otra manera. Y aunque esto ha venido para quedarse, también hay que tener en cuenta que toda crisis trae consigo nuevas oportunidades».

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