Los bailes de Taifas
El baile de Taifas no es estrictamente un baile o un canto determinado, más bien es una manera tradicional, condicionada por las circunstancias, de ejecutar un encuentro musical. Es común a todas la Islas del archipiélago, con ligeras diferencias entre unas y otras. En esta Isla, caracterizada por sus grandes distancias, el baile siempre ha sido uno de los principales medios de integración social.
Originariamente, se celebraban estos bailes coincidiendo con alguna ocasión especial. Se solían celebrar en lugares no muy grandes, en ocasiones no tenían cabida más de tres o cuatro parejas bailando a la vez. Era común hacerlo en casas particulares, donde se habilitaba una dependencia, se rodaban los muebles, se colocaban sillas alrededor del espacio de baile y ahí era donde se sentaban las mujeres. Mientras tanto los hombres esperaban fuera, en la calle, o bien en el patio de la casa, si era el caso, y allí el anfitrión solía tener una mesa con alguna botella de ron y/o vino para que ellos se tomaran sus «pizcos» durante la celebración.
En la puerta del salón solía estar un señor que era el que controlaba la entrada al baile, y que según la versión de algunos autores, era también el encargado de cobrar una tarifa, según fuera el caso. Si la fiesta no se cobraba, se llevaba algún presente a la familia que la organizaba.
Los tocadores, generalmente con guitarras, timples y bandurrias y en ocasiones con un violín, se colocaban en una de las esquinas del recinto desde donde animaban el baile. Se apreciaban especialmente los solistas destacados por su voz o por su ingenio para improvisar coplas.
El anfitrión podía tener una mesita donde colocaba algunos presentes, como velas o bolsas de especias, donde los hombres podían comprar algo para así camelar a la madre y a la chica con la que pretendían bailar. Con lo recaudado se amortizaba la inversión hecha, por ejemplo, en bebidas, y en ocasiones este tipo de eventos ayudaban a la economía familiar.
Todo baile de taifas que se precie, solía finalizar con algún pique o refriega entre los hombres, ya fuera fruto del alcohol o de la disputa por una fémina.
Las piezas que normalmente se solían bailar en estas celebraciones eran las de más ritmo, como las isas, las folías, las seguidillas y las malagueñas, luego se introdujeron las polcas y las mazurcas, en el siglo XIX y, ya a principios del siglo XX, se llegaron a bailar pasodobles, fox-trot, valses y hasta rumbas. La introducción de estos nuevos estilos hizo que se fuera sofisticando cada vez más el aparato instrumental con el que se contaba en estos bailes.
En la actualidad, se celebra el popular Gran Baile de Taifas, con motivo de la celebración del Día de Canarias, que cada año congrega a miles de personas en Puerto del Rosario, sirviendo de punto de encuentro de la gastronomía, el baile, la vestimenta tradicional y la música popular.
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