José Melián no recuerda si tenía 12 o 14 años cuando vio por primera vez las Montañas del Fuego, en Lanzarote. Lo que no ha conseguido olvidar es la impresión que le produjo el paisaje de lavas y cenizas que se mostró ante sus ojos. Esa imagen la ha ido repitiendo, más tarde, en la mayoría de su producción pictórica. Una parte de ella viaja ahora hasta Casa Mané, en La Oliva, bajo el título de «Formaciones oníricas». A lo largo de 27 cuadros, el artista de Güime plasma su particular visión de este paisaje inserto en el Parque Nacional de Timanfaya.
TEXTO: Eloy Vera
Melián llegó a la pintura casi por casualidad. Al terminar el bachillerato, un profesor le aconsejó matricularse en la Escuela Pancho Lasso de Arrecife. Tal vez, aquel profesor ya veía en José un futuro artista. El joven le hizo caso y se matriculó. Era mediados de los años setenta.
Sus primeros pasos en la pintura estaban bajo la influencia surrealista. El joven Melián había quedado fascinado por la pintura del maestro del surrealismo, Salvador Dalí.
Atraído por el autor de «La persistencia de la Memoria», viajó hasta Figueras para conocer al artista y ver su obra. «Intenté conocerlo, pero me fue imposible porque Dalí se encontraba enfermo», recuerda. Sin embargo, sí pudo recorrer las dependencias de la casa museo del pintor y contagiarse de sus influencias.
Dalí está en los primeros cuadros de José Melián, pero también Lanzarote y su mar. Sus obras iniciales representan el fondo del mar, el rebozo, las vivencias en el mar, los atardeceres… todo ello bajo una óptica surrealista.
Más tarde, su pintura caminó hacia un estilo personal. En esa evolución estaría la figura de César Manrique, el pintor lanzaroteño más internacional del que este año se cumple un centenario de su nacimiento. César y José se conocieron en la inauguración de El Almacén, un espacio cultural que abrieron Manrique y Pepe Dámaso, en Arrecife, y que revolucionaría la cultura insular con propuestas atrevidas que abrían Lanzarote al mundo de las vanguardias. Por sus instalaciones se dejaron ver exposiciones de Óscar Domínguez, Jim Dine o Clyfford Still o la primera videocreación hecha en Canarias.
Melián recuerda que su relación con César era la de «amigo pintor». Del artista le llamaba la atención la particular visión que tenía de los paisajes volcánicos, la naturaleza, los insectos…. Recuerda también el compromiso medioambiental que el creador de los Jameos del Agua desarrolló en Lanzarote en pleno desarrollo urbanístico y especulativo. «Al principio la gente no lo entendía, pero luego le hacían más caso. César fue un genio», insiste.
El estilo personal de José Melián le llevaría a jugar con nuevos materiales: colas, resinas, texturas, relieves…La primera exposición llegó en el año 1989. Fue la sala Marqués de Herrera, ya desaparecida, de la Villa de Teguise, la que le abrió las puertas a su particular visión de Lanzarote.
Poco a poco, su obra empezó a colgar de galerías y de espacios reservados para el arte. En 1994, expuso en El Almacén. Hasta allí llevó una serie de obras en las que plasmaba su visión de los volcanes, una mirada desde el interior del volcán, «la vida dentro del subsuelo», explica.
Los volcanes están muy presentes en su obra. Asegura que «cada pintor pinta según el sitio donde vive» y tira de nuevo de César Manrique para recordar cómo este decía que «una persona que vivía en Nueva York pinta rascacielos mientras que quien vive en Lanzarote lo más que puede pintar son volcanes».
En todo este tiempo, José Melián ha realizado unas 30 exposiciones entre individuales y colectivas. Es incapaz de recordarlas todas, pero sí enumera algunas como la realizada en La Palma; la de la Fundación Mapfre en Gran Canaria, la de San Sebastián, en País Vasco, o la colectiva en la que participó con algunas obras que recorrieron Madrid y Barcelona. También estuvo en la década de los noventa exponiendo en Fuerteventura, en una sala del Cabildo.
Exposición «Formaciones oníricas» en Centro de Arte Canario Casa Mané, desde el 23 de noviembre hasta el 17 de enero
Ahora, José Melián regresa a Fuerteventura con la exposición «Formaciones oníricas». El autor explica cómo en esta muestra traslada al lienzo «recuerdos del subconsciente, recuerdos de cuando tenía 12 o 14 años y vi por primera vez los volcanes de Timanfaya».
En los lienzos se muestran esos recuerdos a través de una interesante variedad cromática donde se plasman las variedades cónicas de los volcanes, las rocas ígneas solidificadas, las cenizas, cráteres, tubos volcánicos…. La exposición permanecerá en el Centro de Arte Canario Casa Mané desde el 23 de noviembre hasta el 17 de enero.