Un poquito de historia. Fuerteventura, una muralla, dos tribus, dos reyes
La realidad de los antiguos habitantes de Fuerteventura es una gran incógnita, difícil de aclarar por la escasez de testimonios arqueológicos, históricos y lingüísticos; aún así, existen varias corrientes de investigación que defienden distintas teorías sobre la historia de la isla.
Algunos autores llaman a la isla «Maxorata», tomando el nombre del mayor de los reinos en que se dividía la misma; sin embargo, existe un topónimo —recogido por autores normandos— en el que nos vamos a centrar para intentar acercarnos a la época de los reinos prehistóricos de Fuerteventura. Este término es el de «Erbania» o «Herbania» y una corriente de investigación lo relaciona con «Arbani» —el lugar de la muralla—. Hace referencia al muro de piedra seca que dividía la isla de Fuerteventura en dos, a la altura del istmo de la Pared. Basándonos en esta corriente de investigación y en algunos que otros datos que quedaron escritos, podemos intentar hacernos una idea de cómo fueron aquellos primeros habitantes de esta Isla.
Estaba dividida en dos tribus o reinos a cuyo frente se situaban sendos reyes. Cada uno de ellos reuniría los grupos de descendencia emparentados entre sí o vinculados mediante intercambios matrimoniales y económicos; configurando un modelo de sociedad tribal bipolarizada en dos fracciones caracterizadas por las relaciones hostiles entre sí y conocido con el término de sistema dualista. La necesidad de mayor cantidad de tierras de pasto y la lucha por unos recursos cada vez más escasos habría llevado a que los grupos de parentesco buscaran entidades políticas superiores que canalizaran el enfrentamiento armado hacia la otra tribu, más distanciada genealógicamente.
A pesar de la hostilidad entre estos dos reinos, ésta no era permanente ya que ambos tenían el sentimiento de pertenencia a la misma etnia, manifestado en la cooperación que existía entre ellos frente a un enemigo extranjero (los normados) o en la adopción de relaciones pacíficas, coincidiendo con festividades y con rituales comunes a toda la población de Fuerteventura.
Los reyes majoreros han de ser interpretados como líderes o jefes militares, destacando por sus cualidades guerreras, cuyo ascenso se explica por los prolongados enfrentamientos intertribales y por las necesidades de organizar la defensa ante las incursiones europeas de los siglos XIV y XV. Se sabe que estas tribus pastoriles, poseían un espíritu agresivo, en el que era muy frecuente la guerra armada, generalmente motivada por cuestiones relacionadas con los pastos y el ganado. Los normandos hablan siempre de feroces guerreros, de gran puntería pero sin armaduras y con instrumentos de gran precariedad tales como piedras y lanzas de madera sin hierro, similares a los del resto del archipiélago.
Los últimos reyes aborígenes de que se tiene constancia son Guize (al norte de la muralla) y Ayoze (al sur de la misma), y son los que darían nombre a las dos comarcas.
Como explicamos anteriormente, otras vertientes de investigación desestiman esta teoría por la diferencia en cuanto a la extensión de las comarcas —la de norte mucho más amplia que la otra— aunque realmente, a pesar de esta diferencia, estaban muy igualadas en recursos.
Hasta aquí un intento de aproximación a los aborígenes y primeros pobladores de esta parte de la Macaronesia.
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